lunes, 25 de noviembre de 2019

TORNEANDO, TRATANDO DE RECORDAR.





                                                                       
  
    Son unas patas torneadas de estilo clásico, bordón arriba, el cuello en media caña, un pinto y se estrecha limpiamente casi hasta el final, pero decido hacerle otra media caña, estrecha y sutil para que la pata se vuelva mas elegante, un ultimo guiño, una aportación del esqueletero que aprendió a tornear gracias a su padre... que no era tornero, era esqueletero como he terminado siéndolo yo.

                                                      

    
   Me angustia ir olvidándome de mi padre, me angustia ir olvidándome de mi madre... torneo y cabeceo pensando en el inmenso favor que me hizo al comprar ese viejo torno, al llegar a un acuerdo con el anciano tornero que me enseñó los principios básicos de un oficio que me da una libertad impagable... tan solo es una banqueta, muy larga, de poco mas de dos metros... un mueble sencillo pero lleno de sentido, lleno de recuerdos que vienen y se van. Recuerdo a mi madre envuelta en su batín rojo... pero miro a mi alrededor y no la encuentro... veo la banqueta, veo los orejeros que suben y bajan  la escalera... fantasía tardía.

                                                    

    

sábado, 16 de marzo de 2019

Poeten de Finn Juhl.





  El sofá Poeten de Finn Juhl, la butaca Pelicano y la famosa silla numero 45... tan solo parte del universo del diseñador danés.

jueves, 27 de septiembre de 2018

CUANDO LA EXPERIENCIA TE RECUERDA QUE YA NO ERES JOVEN.


  
 

 
     Me veo recortando las plantillas de un orejero clásico, de patas ranuradas, de respaldo alto, de sentada decorosa, de sentada atenta, vigilante... puede ser el sillón de un empresario de esos que aun dan la cara para lo bueno o para lo malo y que se sienta en el para negociar algo, para reflexionar... y después me vuelvo a ver cortando las plantillas de un sillón algo mas actual, de un sillón de los años 50 que se convertiría en una pieza codiciada en las subastas de antigüedades, es el modelo 807 de Gio Ponti, nada que ver con el orejero clásico, el 807 es anguloso y rebelde, solo quiere soñar recostado, solo quiere divagar en una posición provocadora que sugiere velocidad, descaro... y vuelvo a ver a mis manos que pasan de un modelo a otro sin vacilar, igual tornean que cortan las sinuosas orejas del clásico.
 
 
 
   Es trabajo, es la experiencia acumulada por los años, por los errores y los aciertos, es tiempo que no deja de correr pero que cesará y entonces cierto vértigo se apodera de mi y durante unos segundos me quedo paralizado y deseando no saber hacer ninguno de esos dos sillones...sería como volver a empezar, como volver a tener tiempo, como volver a tener 25 años y no 52 que tan solo es la misma cifra pero del revés ¿no...? dejo escapar una sonrisita y cabeceo, ya no hay vuelta atrás solo queda disfrutar de esa experiencia y de los nuevos modelos, esos que me hacen montar en una maquina del tiempo y viajar en el a través de mi imaginación disparatada.
 
 
                                                  
 


martes, 25 de septiembre de 2018

DISTEX 807, GIO PONTI MODEL.



  
  
 
    Recuerdo la frase del decorador "Pedro, el vintage ha muerto..." y puede que todo fuese una cuestión de vanidad y de absurda soberbia por su parte, aquellas sillas, las ultimas sillas vintage que haría, según el decorador visionario, que mas arde inspiraría el personaje de Cesar Vega de mi novela "La decoradora" fueron en realidad tan solo el inicio de una aventura que me llevaría al mejor diseño italiano y danés de los años cincuenta.
 
 
 
   En algunos momentos, en esos en los que ningún vecino se asoma al taller, llegaría a sentirme como una especia de viajero en el tiempo capaz de descender a esa época y de tocar aquellos modelos que ahora vuelven a estar en las portadas de las revistas de decoración y en los anhelos de los jóvenes que descubren los modelos de esos años de posguerra.
 
 
  El 807 de Ponti tiene la esencia del genial creador, largos brazos que descienden buscando converger con el asiento muy bajo y reclinado, puede recordar a las aristas de un jet, a un yate e incluso a una carretilla... pero sigue teniendo las líneas que recuerdan a esos tiempos en los que el mundo deseaba olvidar tragedia de la guerra mundial.
 
 
  El 807 pertenece a esos tiempos y puede que hoy no guste o resulte duro, pero a mi me hace sonreír su propia rareza  su peculiar sentada... que como siempre suelo decir invita a hacerlo con algo de cristal entre los dedos, frio, ambarino o burbujeante, que olemos y saboreamos hasta que dejamos caer la nuca sobre el respaldo y pensamos que estamos en Le Mans o cerrando los ojos mientras el Concorde corre por la pista...si también me recuerda a eso, al mítico avión supersónico.